El juego, el arte y el viaje: tres caminos del conocimiento.
TALI Virginia Blaistein
Visión
Crear condiciones para que los que nacen encuentren un ambiente propicio para el desarrollo humano, es esencial. Solo a partir de un recibimiento suficientemente equilibrado, donde los adultos que cuidarán a ese niño o niña se sientan también cuidados es que podremos hacer emerger lo humano que hay en nosotros.
Valorando el tiempo para los vínculos, el contacto, el conversar, el juego, el arte, el respeto por lo humano, la Tierra que nos sostiene, y la aceptación de un Otro como diferente, es que podremos llegar a ser Sujetos creativos y transformadores de nuestra realidad.
No separamos lo intelectual de la emoción. La ciencia, del arte. La creatividad es lo que recorre a todas las manifestaciones humanas.
Misión
Flor de Juego – Club Itinerante de Educación Viva, se propone crear espacios, grupos
pequeños, con una dimensión humana, de personas interesadas en comenzar un proceso de cambio, en el Sí Mismo, simultáneamente con un cambio en la comunicación, los vínculos y el cuidado de los más pequeños.
En estos espacios que pueden ser familiares, escolares, comunitarios – se trabaja con la Vida, son espacios abiertos para el intercambio y la convivencia donde se incluye toda experiencia humana, aprendiendo junto a otros a alinear coherentemente el pensar, el decir, el sentir y el hacer.
Espacios vivos, donde se valora de igual manera el cuerpo, las emociones, los pensamientos, la construcción de los valores éticos, el cuidado del espacio que habitamos, la nutrición, el arte, la tecnología, lo social y comunitario, lo solidario, los rituales y fiestas, la historia, los relatos y las experiencias de todas las generaciones conviviendo.
Comprendiendo al Ser Humano como una totalidad indivisible en todos sus aspectos biológico, psicológico, social, espiritual, político y ambiental.
Comprender el mundo que nos rodea y contribuir a desarrollar un sentimiento de identidad
cultural, de pertenencia y convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos, en el plano
individual. Descubrir nuestros talentos, nuestra misión.
Valorar la actividad, la exploración, la emoción, el placer por el conocer y conocemos de
diferentes maneras... Valorar la pasión, la necesidad, la posibilidad de elegir, de ser
responsable, de conocer límites, de ser felices, realizar lo que nos hace sentir bien.
Alegría en el descubrir, en el que nazcan preguntas... en la alegría del camino.